jueves, 10 de mayo de 2012

Tú quieres el pelo
y la uña
y la piel
y la pulpa
y el hueso
de la fruta
y quieres que te lleve después
a ese sitio despojado
cuando esté de vuelta
en mi encarnadura
tú quieres encontrar las huellas
de tus pasos detrás
de las escamas
de mi pulso en la
misma
esquina
donde
te estoy esperando
fosforescente
como
el recuerdo
tú quieres saber cuánto se hunde
la sonda
en la intemperie
virgen
y cuánto duele

pongámosle precio a la eternidad
entre
tú y yo como dos ladrones
echando suertes
sobre la mesa
o la tierra
o la cama
o el lecho del río
o el légamo
o el depósito activo
o estación de la riqueza

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