martes, 6 de diciembre de 2011

«Los reductos del sol»


III
Me aferro al cuerpo
como único reducto permitido.

Carezco de sitios de ternuras y llantos.
De nuevo palpo la llama del pájaro quebrado.
Busco abrigo en lana.

He puesto mis pies debajo de las aguas
y por la presión
de mis párpados callados
sé que no soy ni siquiera una isla.

VIII
Vivir, ya he dicho:
Tener sobre las manos un fajo de papeles:
un lápiz, libros, dibujos, sueños.

El alma al descubierto
vulnerable.
Estar así. Beberse a uno mismo.
Sollozar.

Tomar el invierno para tejer
una mansión de lino
Vigilantes los senos,
escondidos en la piel.
Vibrar
Repasar las camisas, acomodar los sueños,
dejar en perfecta armonía los clavos, la canela,
el azúcar y los aromas.

Dejar el alma al despoblado,
musitar pequeños versos de Sor Juana,
olvidar castigos y derrotas.
Recordar el olor de un verano en Guanacaste.
Fruncir el ceño por placer ,
sonreír por malicia.
Vivir,
acodada entre sombras,
aniñando los ojos
y olvidar, olvidar.

Mía Gallegos.



... Una casa es el lugar donde uno es esperado ...
Antonio Gala.


LA AMANTE..

Soy la amante
que estrenas,
la nueva, la eterna,
la de muslos trigueños,
columnas seguras
que se abren perfectamente
para dar paso
a tu mar ancho y espeso.
Soy la de paralelas montañas,
erectas, duras,
por donde han caminado
pájaros heridos de amor.
Soy la amante nocturna,
la de noctámbulos besos,
( mis ojos, túneles profundos
donde se pierde la soledad).
Soy la de siempre, la eterna,
la que te arranca el hastío
de cada costado,
la que se tiende plácidamente,
la que se para,
la que te sorprende,
la que se quita las vestiduras
y se lava en tu río claro.
Soy la que te crucifica
con mis ojos, con mi lengua,
la que se pierde
en tu mirada lela,
la que infatigable
recorre tu cuerpo,
la que vibra con devoción
en tu silencioso mundo.
Soy ella, la eterna,
la antigua, la nueva,
la de siempre
la que se cierra
la que se abre
la de ambivalentes tardes.
Soy la que renace,
la que se abre
la que se cierra.

Orietta Lozano.
Henri Toulouse Lautre
Femme Mettant son corset.


jueves, 1 de diciembre de 2011

" Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al cielo. A la vuelta , contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
-El mundo es eso- reveló- un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con la luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay gente de fuegos grandes y fuegos chicos ... y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas; algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman, pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear y quien se acerca.. se enciende. "


Eduardo Galeano.
 

" La noche de otoño es demasiado breve/ para contener todas mis lágrimas "
                              Murasaki Shikibu 



Abre las piernas, amor mío.
Tu voz rozando mi cuello, mis pezones,
mi bajo vientre acongojado por el amor,
se cuela entre los pliegues de mi sexo,
húmedo y estremecido sexo del encuentro.
Abre las piernas, amor mío,
abre esas piernas, hembra mansa,
da un paso más, olvídate de ti.
El viento se detiene en el vértigo,
arranca mi piel en destellos de luz.
Cuando regreso, despeinada y maltrecha,
me sonríes desde la blancura de una página.
Abre las piernas, amor mío,
abre las piernas como para volar,
abre las piernas, amor mío,
demos un paso más…


Del libro "El sexo del amor" de Miguel Oscar Menassa.
                                            Desnudo de calcomania
                                            Salvador Dali.